Conviértete en un gran piloto al conducir un Ferrari

conducir un ferrariSiempre que hayamos recibido un regalo para conducir un Ferrari, se nos advierte que, conducir un coche de estos, es diferente a manejar cualquier otro vehículo, lo que es absolutamente cierto.

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Conducir el Ferrari de sus sueños, puede ser la más espléndida realidad

Muchos de los modelos del Cabalino Rampante pueden, literalmente, dejar en ridículo y al descubierto al resto de los choches superdeportivos.

Conducir un Ferrari, supera las expectativas de los más incrédulos y exigentes. Ubicarse al volante de una de estas obras de arte, es como intentar domar un fiero toro salvaje de la mejor ganadería.

Ahora, si nos montamos sobre una de estas “bestias de la velocidad” en un circuito como, por ejemplo, el de Jarama, en la capital española, con la sola primera vuelta nos podremos percatar de que pasear una de estas joyas en la ciudad, es un verdadero desperdicio.

Como, folklóricamente, lo dicen algunos, sería como montar sobre un precioso e imponente pura sangre, en la sala de estar de una casa.

Para quienes no están conduciendo o, bien, siendo afortunados pasajeros de estas obras de arte de la ingeniería automovilística sino que, más bien, están en sus alrededores, el rugido del motor de un Ferrari, suele ser una “explosión armónica de un rugido ensordecedor”.

Como si no fuese suficiente con semejante “fiereza”, los mandos de un Ferrari nos pueden “embriagar de una suerte de exquisita confusión”, al tiempo que la conducción misma es absolutamente limpia, como si se tratase de “una nave en el vacío del espacio exterior”.

Conducir un Ferrari: Velocidades Increíbles.

Estas “joyas de la corona” pueden alcanzar los 250 km/hora sin forzar sus poderosas máquinas, por lo que usted se convertirá en un experto, en cuestión de media hora, gracias a que puede conseguir semejante velocidad sin ningún tipo de sobresalto, ni zozobra.

El volante, a su vez, es tan fino como si estuviésemos desplazando una hoja de papel, de un lado para otro.

En lo que tiene que ver con el cambio de marchas (de levas integradas al volante), tenemos que se facilita la maniobra, enormemente, gracias a que embraga automáticamente, al tiempo que es posible cambiar cuando estamos acelerando y frenando, al mejor estilo de los Fórmula 1 de Ferrari.

Si esa va a ser su experiencia, le diremos que, en primer término, será una vivencia de la que jamás se olvidará y, en segundo término, que usted se podrá convertir en un experto al volante de estas máquinas insuperables que, reiteramos, parecen naves espaciales que se desplazan a ras de piso.

Otra extraña sensación de la que usted podrá ser el más afortunado de los testigos, consiste en que, al acercarse a estos bólidos ávidos de velocidad, percibe una rara sensación de que se trata de un ser pensante y con vida propia.

Un ser con vida propia, que está  tratado de contener una energía que usted mismo puede liberar en cualquier momento, al tiempo que el Ferrari se lo agradecerá, devolviéndole los favores con la más fantástica de las experiencias al mando de una máquina superpoderosa.

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